martes, 3 de noviembre de 2015

SE DESARROLLÓ LA PRIMERA JORNADA SOBRE SANEAMIENTO AMBIENTAL EN ORO VERDE


En el marco de la Primera Jornada sobre Saneamiento Ambiental que se realizó en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) se presentó la Encíclica Verde del Papa Francisco.


“Cuidemos nuestro medio, nuestra casa”, es el lema que se eligió para esta Jornada sobre Saneamiento Ambiental organizada por la Facultad y la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Paraná. La actividad estuvo a cargo del ingeniero Jorge Cerana. También se contó con la presencia del padre Daniel Ponce, asesor de Pastoral Social que estuvo en representación del arzobispo de la Arquidiócesis de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari.

“Laudato si’, mi’ Signore. “Alabado seas, mi Señor”, cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: “Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba”.
El secretario Administrativo de la Facultad, José Casano, delegado de Pastoral Social, indicó que son las dos instituciones que hicieron un acuerdo para hacer la presentación de la encíclica en el marco de las jornadas de saneamiento ambiental que se harán año a año y en las que la Pastoral Social y la Facultad abordan temáticas ambientales.
“Se empieza a notar esta preocupación por la salud ambiental y, sobre todo, en el marco que propone Francisco donde hay que respetar tanto la naturaleza como al hombre y con la incorporación de las cuestiones sociales”; explica Casano. 

“La encíclica nos interpela, tiene un desarrollo muy interesante porque no sólo es un diagnóstico sino que propone pautas de cómo trabajar –aclara Casano-. Es muy amplia, en el sentido de que propone que todos los saberes y todos los espacios de saber empiecen a dialogar para buscar una solución definitiva. No se cierra en una propuesta sólo del Papa, que es la autoridad máxima de la Iglesia católica, de hecho es una encíclica escrita con aportes de religiones de múltiples pensadores”. 

Llama particularmente la atención porque “desde la época en que el Papa era Bergoglio ya trabajaba con los judíos, los evangélicos, los ortodoxos. Ha continuado eso, de hecho ha trabajado con ateos también”, comenta. 

PARADIGMAS PRODUCTIVOS. Es destacable que la encíclica no se detiene en hacer un diagnóstico de la situación sino que aporta propuestas concretas para trabajar la problemática del medioambiente. 

Y entre esas interpelaciones directas, se encuentra la explícita necesidad de que hay que trabajar un paradigma productivo distinto. “No puede ser que el dinero, el lucro, sean el único motor, porque eso genera un súper desarrollo para unos pocos y por otro lado, la exclusión, la cultura del descarte, la pobreza y la destrucción del medioambiente. Es muy difícil plantearse la defensa del medio ambiente si lo único que importa es el dinero”, explica Casano. 
La jornada se desarrolló en tres momentos: primero una explicación sobre la encíclica. “Muy esquemática, pero interesante. La realizó el ingeniero Jorge Cerana contándonos los tópicos principales de la encíclica, las miradas y las propuestas.
Luego, en una segunda instancia tuvieron lugar los actos simbólicos. Consistieron en una firma de un acta de compromiso hecha por los participantes del evento y junto con alumnos del programa escuelas ocurrentes que es institucionalizado por el Papa y que busca generar redes entre todas las escuelas del mundo. El objetivo principal es la educación por la paz y como símbolo de paz se estila plantar un olivo. “Acá se plantó un olivo y colaboramos todos los que participamos”, dice Casano.
En la tercera parte de la jornada se desarrollaron dos paneles específicos: uno sobre planificación estratégica para el cuidado del medio ambiente, otro sobre la investigación de la genética, las ciencias y la investigación satelital para poder medir lo que está pasando para tomar decisiones.
Ésa era una parte más técnica de la jornada, pero de todos modos se adaptaba para cualquier tipo de público. El público que asistió fueron estudiantes, representantes de instituciones gubernamentales, estudiantes, no docentes, profesionales y público en general. Además, de las autoridades de la universidad y el instituto de la doctrina social de la iglesia. 

“La idea es poder seguir con estas jornadas, el espíritu de las jornadas es que las distintas disciplinas tengan un lugar aquí en la facultad y que a partir de esas medidas distintas tengamos una respuesta. Podamos charlar, siempre buscando el bien común y el cuidado de la casa común, como dice Francisco”, concluye Casano.

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